miércoles, 1 de mayo de 2013

LA VIDA Y ESE MONTONCITO DE ARENA

"No dejamos de jugar porque envejecemos, sino que envejecemos porque dejamos de jugar"
                                                                    Anónimo

Uno de los factores que más inciden en el estrés negativo ( existe el estrés positivo del que escribiré en otro articulo) es la falta de tiempo libre o “recreo” para poder dedicarlo a nosotros mismos, estamos en una sociedad de “humanos hacedores” y demasiado poco humanos, tenemos una agenda tan llena, que incluso, no nos da de si la pagina y tenemos que escribir en los márgenes; eso mantenido en el tiempo nos crea una frustración que desemboca en una mala leche, ataques de ansiedad y depresión, no dejando paso al optimismo, el humor y mucho menos a la risa; pensemos por un momento que cuando nosotros no estemos en este mundo, la agenda se seguirá llenando y otra persona la seguirá cumpliendo, y como diría mi admirada Mafalda..."lo primero que hay que hacer es lo importante y no lo urgente". Pensémoslo seriamente un momento, sabían que hay un insecto asiático de cuyo nombre no puedo acordarme y que solo vive 59 segundos, démonos un poco mas de tiempo...unas 12 horas, si solo tuviese de vida 12 horas a qué dedicaría ese tiempo, que cantidad de cosas urgentes dejaría, por hacer las cosas realmente importantes.

Tengo la gran suerte de pasar muy frecuentemente por mi antiguo patio de guardería de infancia, y vienen a mi cabeza momentos difusos pero muy divertidos. Comparemos el mundo a una guardería con un patio de recreo, sabían que lo fundamental para desenvolvernos en la vida lo aprendemos desde pequeñitos, entre el aula y el recreo con ese montón de arena que teníamos algunos (afortunadamente fue mi caso), no se crean que se aprende a ser ciudadano y feliz con los conocimientos de estudios superiores, sino en el montoncito de arena de la guardería aprendemos a:

- Que no hay que pegarse.
- Ordenar las cosas y dejarlas donde estaban.
- No coger lo de otros niños.- El compartir todo, el cubo y la pala.
- El juego limpio.
- Tirar de la cadena
- Lavarme las manos antes de comer.
- Pedir perdón cuando hago algo malo.
- Aprender todos los días algo, pensar algo, dibujar, pintar, cantar, bailar, y a trabajar cada día.
- Hacer siesta después de comer.
- A vigilar el tráfico, y a cogerme de la mano.
- Pedir ayuda cuando no llego a los sitios altos.
- Estar atento a los prodigios (asombrarnos), como cuando plantamos un trozo de piel de patata en un tiesto y al tiempo salen varias patatas.

¿Qué has aprendido hoy tú y tu niño interior?

        Anabel G. Laserna (Psicóloga Accu-Álava)


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